En los años 80, Jarque de la Val se convirtió en un referente cultural de la zona, sobretodo gracias al esfuerzo de Josefina Mallén. En aquellos años se fraguó la Asociación Cultural El Torrejón, que pronto se estableció como un lugar de encuentro donde la gente de la zona acudía regularmente a desarrollar sus cualidades artísticas. Eran frecuentes los cursos de pintura, cerámica o la elaboración de tapices.
En la actualidad se siguen realizando todo tipo de actividades, en manos de quienes pudieron disfrutar durante su infancia y juventud de toda ese fervor cultural.